Bienvenidos a nuestra "Actividad de Aprendizaje 6 - II Bimestre 5to. Grado"
Antes de comenzar nuestra sesión te recomendamos lavarnos las manos constantemente, usar mascarillas, si sales mantener la distancia mínima de un metro y sobre todo quédate en casa para así evitar contagios y juntos vencer al coronavirus.
¿QUÉ APRENDERÉ HOY?
Esta lista te ayudará a autoevaluar tu trabajo realizado, marca con una X. SI / NO según corresponda:
¿QUÉ NECESITAREMOS?
“MENSAJE ECLESIAL PARA LOS JÓVENES ENAMORADOS”
Nos iluminamos :
El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en la maldad, sino que se regocija con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
La clave del amor verdadero, según el Papa Francisco
Francisco indicó dos dimensiones sobre las cuales moverse para reconocer el amor del que habla, no sólo el de un sentimiento romántico o una historia, sino el de las obras, concreto.
Primera dimensión: “El amor es concreto, está más en las obras que en las palabras”.
No es amor decir solamente: “te amo, amo a todas las personas”. No. ¿Qué haces por amor? El amor se da”. Podemos hacer esto porque de esta manera ama Dios a su pueblo, cuando lo escogió y también cuando lo perdonó. En las palabras de Francisco se evoca el tema tan querido por él de la misericordia de Dios, subrayando la paciencia que tiene con los hombres.
La segunda dimensión que identifica el Papa es la manera de poner en acción este amor concreto: la dimensión del diálogo. El amor, de hecho, “escucha y responde, el amor se realiza en el diálogo, en la comunión: se comunica”. El Papa Francisco usa una expresión clara para mostrar este aspecto: “El amor no es ni sordo ni mudo”.
“El amor es muy respetuoso de las personas, no usa a las personas, es decir, el amor es casto”
Y a vosotros jóvenes, que en este mundo, en este mundo hedonista, en este mundo donde sólo tiene publicidad el placer, pasarla bien, hacer bella la vida, yo les digo: sean castos, sean castos”.
El Papa Francisco invita con sus palabras sobre todo a un amor casto de corazón, al respeto más profundo del otro en su entereza como persona. Recuerda que hay que aprender a respetar al otro como quisiéramos ser respetados nosotros mismos: no es, por lo tanto, sólo la dimensión física, a la que invita el Papa Francisco, sino a un respeto más amplio del otro, incluso en las pequeñas cosas y en los pequeños gestos.
Propuesta del Papa Francisco
En una sociedad habituada al usa y tira, de los objetos y las relaciones, acostumbrada a usar a los demás para alcanzar a toda costa todo tipo de objetivos, placeres, y éxitos. “Todos nosotros en la vida hemos pasado por momentos en que esta virtud es muy difícil, pero es precisamente el camino de un amor genuino, de una amor que sabe dar la vida, que no busca usar al otro para el propio placer. Es un amor que considera sagrada la vida de la otra persona: yo te respeto, yo no quiero usarte, yo no quiero usarte. No es fácil. Todos conocemos las dificultades para superar esta concepción “facilista” y hedonista del amor”.
Francisco invita a un amor genuino, sin segundas intenciones, capaz de dar la vida. Un amor capaz de sacrificarse por los demás hasta volverse servicio: “Si yo digo que amo y no sirvo al otro, no ayudo al otro, no lo hago ir hacia delante, no me sacrifico por el otro, esto no es amor”, advirtió el Papa, que indicó la Cruz como lugar donde encontrar el más alto signo de este amor operoso, dialogante, casto y respetuoso, orientado al servicio, con el que Dios amó y ama a los hombres.