¿QUÉ NECESITAREMOS?
VIRTUDES DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA EN LAS SAGRADAS ESCRITURAS:
*ES MADRE OYENTE DE FE, OBEDIENTE Y VALIENTE (Lc. 1,26-30.38; Jn. 19,26-27)
María se abrazó con fe ciega a la providencia divina “Feliz de ti por haber creído”
María obedeció la voluntad de Dios sin quejas ni exigencias “He aquí la esclava del Señor, hágase en mi según tu palabra”
María permaneció firme al lado de Jesús al pie de la cruz “Una espada te atravesara el corazón”
La Virgen María fue un modelo de fe. Así nosotros para nuestra salvación, hemos de prestar obediencia al don divino de la fe para la gloria de Dios, para ser conducidos por la luz divina, y para ser fieles al proyecto de amor por el cual hemos sido creados.
*ES ORANTE, SENCILLA Y HUMILDE (Lc.1, 46-55)
María tenía ojos contemplativos que encontraban a Dios toda su vida “María conservaba estas cosas y las meditaba en su corazón”
María amó en el detalle y en lo pequeño “Él miró con bondad la pequeñez de su servidora”
María sabía que todo lo que tenía era don de Dios “Mi alma engrandece al Señor y mi espíritu se regocija en Dios mi creador” Hace las cosas ordinarias con amor extraordinario.
La oración y la lectura de los libros santos formaban las delicias de María. Ella siempre estuvo pronta al cumplimiento de sus deberes religiosos (Lc 2,21-22): adoraba al Señor en espíritu y verdad, le alababa y glorificaba con los sentimientos del más profundo respeto… Por eso, así como María, hemos de conservar y aumentar el espíritu de piedad para unirnos con Dios.
ES SERVICIAL Y CARICATIVA (Lc. 1,39-45)
María siempre estuvo de parte de Dios, al servicio de su acción al mundo. María visita a su prima Isabel “El que quiera ser el primero, que se haga servidor de todos”
María amaba en cada momento, en cada obra y suspiro “El que ama a Dios debe también amar a su hermano”.
Muchos creen que tener caridad con el prójimo es no desearle mal alguno; pero esa es una caridad defectuosa; pues, para que la caridad sea perfecta no basta el no desear el mal a nuestros hermanos; es necesario que nos sacrifiquemos por ellos.
María estuvo pronta a servir con generosidad como lo vemos en el relato de la visita a su prima Isabel, cuando acude presurosa a prestar su caridad, porque en sus entrañas Jesús era la caridad misma que la impulsaba a realizar un servicio.
ES OFERENTE (Lc. 2, 21-24)
Al octavo día, circuncidaron al niño según la ley, y le pusieron el nombre de Jesús, nombre que había indicado el ángel antes que María quedara embarazada. Asimismo, de acuerdo a la Ley de Moisés debían cumplir el rito de la purificación de la madre, llevaron al niño a Jerusalén. Ahí lo consagraron al Señor tal como estaba escrito la en la Ley: Todo varón primogénito será consagrado al señor. Además, ofrecieron el sacrificio que ordena la Ley: una paloma de tórtolas o dos pichones
María entendió hasta su máxima consecuencia aquellas palabras de Jesús: “Si quieres ser perfecto, vende lo que tienes y sígueme” (Lc. 19,21). María se entregó sin reservas al plan de Dios, y su pobreza la hizo plenamente rica (Lc. 1,48) … Su ejemplo de vida nos llama a no guardar demasiado afecto a las cosas temporales, con el objetivo de hacernos más libres en nuestra entrega a Dios.
Misericordia – Confianza - Disponibilidad – Paciencia – Perseverancia – Prudencia – Pureza -
Generosidad – Templanza – Esperanza – Mansedumbre. etc.